Vida inteligente no da señales

 Vida inteligente no da señales

Foto: Pixabay

La vida inteligente al parecer es más escasa de lo que pensamos en el universo. Más de diez millones de estrellas examinadas al mismo tiempo con uno de los mejores radiotelescopios disponibles, en busca de la más mínima señal que delate la presencia de seres inteligentes y capaces de utilizar ondas de radio para comunicarse. Pero no ha habido suerte. El examen detallado de los alrededores de la constelación de Vela, en el hemisferio sur, no ha sido capaz de encontrar ni un solo indicio de tecnología alienígena reconocible.

El estudio, llevado a cabo con el telescopio Murchison Widefield Array (MWA), en Australia, formado por 4.096 antenas diferentes, ha sido el más amplio y profundo realizado hasta ahora, pero entre sus datos no se ha encontrado ni una sola de las «tecno firmas» que podrían esperarse dentro del rango de frecuencias en las que opera. Los resultados se acaban de publicar en «Publications of the Astronomical Society of Australia».

A pesar de ello, los astrónomos Chenoa Tremblay y Steven Tingay, del nodo de la Universidad Curtin en el Centro Internacional de Investigación en Radio Astronomía (ICRAR), aseguran que sus resultados no son, en absoluto, decepcionantes. Muy al contrario, la investigación, cuyo principal objetivo era el estudio de los restos de la supernova Vela, demuestra lo sencilla que resulta la búsqueda de inteligencia extraterrestre al mismo tiempo que se llevan a cabo otro tipo de observaciones astrofísicas.

Vida inteligente universo
Foto: Pixabay

 

Vida inteligente en el universo es buscada con ondas de radio

 

Aquí, en la Tierra, las ondas de radio de baja frecuencia pueden «filtrarse» a través de la ionosfera y salir al espacio. De hecho, han sido captadas en más de una ocasión por nuestras propias sondas espaciales, como puede escucharse en esta grabación llevada a cabo por uno de los satélites Polar, de la NASA, en 1996. Más recientemente, se descubrió que todas esas emisiones están creando una gigantesca «burbuja de radio» alrededor de nuestro planeta, que se expande en todas direcciones a la velocidad de la luz.

Por eso resulta lógico pensar que si los extraterrestres también están produciendo esta clase de señales, y si esas señales son lo suficientemente potentes, sería posible detectarlas con nuestros radiotelescopios, entre ellos el MWA.

«Se trata de un telescopio único -explica Tremblay-, con un campo de visión extraordinariamente amplio que nos permite observar incluso millones de estrellas simultáneamente. Lo apuntamos hacia el cielo alrededor de la constelación de Vela durante 17 horas seguidas. Un pedazo de cielo cien veces más ancho y a mayor profundidad que nunca. Pero no encontramos firmas tecnológicas, ni señales de vida inteligente».

Vista desde la Tierra, la constelación de Vela apenas ocupa una parte minúscula del cielo nocturno, pero está mucho más concurrida de lo que parece. De hecho, además de incluir los restos de la supernova Vela, contiene por lo menos diez millones de estrellas, repartidas en un amplio rango de distancias. Un objetivo, pues, que resultaba ideal para «echar un vistazo» en busca de señales tecnológicas.

 

Estrellas: una aguja en un pajar

Con todo, diez millones de estrellas es apenas una mínima parte de las entre cien mil y cuatrocientos mil millones que hay solo en nuestra galaxia, por lo que el hecho de no haber detectado nada no debería, según los científicos, desanimarnos.

En palabras de Tingay, en efecto, «aunque este estudio ha sido realmente grande, la cantidad de espacio que observamos fue el equivalente a tratar de encontrar peces en los océanos de la Tierra buscando solo en el volumen de agua equivalente a una piscina».

Lo cual se añade al hecho ya mencionado de que la supuesta tecnología alienígena podría no tener nada que ver con la que utilizamos en la Tierra, y basarse en algo que ni siquiera imaginamos que existe. Pero es precisamente por eso, dicen los investigadores, que tenemos que buscar con todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance.

«Dado que en realidad no podemos saber cómo las posibles civilizaciones alienígenas utilizan la tecnología -prosigue Tinglay- nos vemos obligados a buscar de muchas maneras diferentes». Y una de ellas es escrutar el cielo con radiotelescopios en busca de señales de radio. «Aunque queda un largo camino por recorrer en la búsqueda de inteligencias extraterrestres, los telescopios como el MWA seguirán superando los límites, tenemos que seguir buscando».

 

Composición del Sistema Solar

 

  • Mercurio. El planeta más cercano al sol y el más pequeño del sistema. No tiene satélites. En comparación a la Tierra, tiene un tamaña de 0,055.
  • Venus. Similar a la Tierra en tamaño, masa y composición, aunque no tiene satélites. Tiene un tamaño de 0,866 Tierras.
  • Tierra. Su único satélite natural es la Luna, pero actualmente tiene multitud de satélites artificiales creados por el ser humano. Es el planeta más denso del sistema.
  • Marte. Su apariencia rojiza se debe al óxido de hierro de su superficie.
  • Júpiter. El de mayor tamaño del sistema, siendo 318 veces mayor que la Tierra.
  • Saturno. El único planeta del sistema que tiene anillos visibles. Los anillos son un conjunto de millones de partículas, que giran alrededor del planeta.
  • Urano. En la antigüedad no se lo consideraba un planeta por la lentitud de su órbita, pero fue catalogado como tal en 1781.
  • Neptuno. Es diecisiete veces mayor que la Tierra. Dado que se encuentra tan lejano a la Tierra, no se lo podía observar, pero se calculó matemáticamente su existencia debido a ciertas irregularidades en las órbitas de Urano, Saturno y Júpiter. Fue observado por primera vez en 1846.

 

 

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Fuente: ambientum.com

Video: YouTube Club de Ciencia CDMX

 

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