Huella ecológica de la tecnología
Foto: Pixabay
La huella ecológica de la tecnología es cada vez mayor y causa un gran impacto en la naturaleza. En un mundo hiperconectado, aún más por la pandemia, la revolución tecnológica ha acelerado el teletrabajo y las videoconferencias, acciones que acarrean un gran impacto ambiental; solo un ordenador de mesa necesita para su producción 22 kilos de químicos, 1.500 litros de agua y 240 kilos de combustible.
¿Cuál es la huella ecológica que deja el frenético tráfico digital?. La respuesta es difícil pero los beneficios del tráfico son “indiscutibles”, explica a EFEverde Fernando Tucho, profesor de Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos, que incide en la necesidad de impulsar un “consumo reflexivo”, que impida que con la actual tasa de crecimiento, la huella global de carbono de estas tecnologías represente el 14 % en 2040.
Solo el tráfico de datos, con un 55 % anual de consumo energético, supone más de la mitad del impacto medioambiental global de estas tecnologías, asegura el profesor universitario, para quien las tecnologías de la información albergan una “cara oculta”, que arranca con su diseño.
Obsolescencia programada
Es “una verdad a gritos” que, en general, las empresas no reconocen favorecer la obsolescencia de los nuevos dispositivos para reducir artificialmente su vida útil y fomentar el consumo de materias primas importadas, casi siempre, de países en conflicto, explica el experto.
Esta obsolescencia planificada ha encontrado un desarrollo sin igual durante el siglo XXI, donde en los países desarrollados, el ciclo de vida de un teléfono inteligente se sitúa entre los 18 meses y los 2 años, lo que supone que cada 24 meses 2.800 millones de personas cambian de móvil.
Los ordenadores portátiles y de sobremesa, rúteres, videoconsolas y equipos de televisión pertenecen igualmente a la categoría de productos electrónicos en el mercado con mayor tasa de reposición.
¿Cómo reducir la huella ecológica?
Camina, ve en bici o usa el transporte público cuando te sea posible. Las prisas en verano se reducen y se puede optar por el transporte publico, piensa que si no conduces tu coche puedes reducir tu huella ecológica de media en un 20%.
Los vuelos tienen una gran huella ecológica, y cada vez más creciente, así que puedes usar el tren o el bus en su lugar. Si no puedes evitar volar, puedes hacer donaciones compensatorias a proyectos de protección ambiental.
Si viajas a otro país intenta consumir alimentos de temporada y locales, que no hayan recorrido largas distancias para llegar hasta ti. Pero si las vacaciones las pasas en casa puede ser una buena idea plantar un huerto en el jardín, terraza o balcón. Cultivando tus propias verduras y frutas reduces residuos y energía.
Evita usar la manguera o un limpiador a presión para limpiar el porche y cultiva en el jardín plantas que no necesiten mucha agua. También es importante prescindir de piscinas privadas y hacer uso de playas o piscinas públicas para refrescarse.
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Fuente: EFEverde
Video: YouTube EcologíaVerde
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