Delfines nariz de botella en peligro

 Delfines nariz de botella en peligro

Foto: Pixabay

Los delfines nariz de botella han disminuido en alrededor del 50 % en la última década. La pesca, el turismo y la contaminación del agua son algunos de los factores que más los afectan en una de las zonas pesqueras más productivas del Ecuador.

Entre las dulces y saladas aguas del Golfo de Guayaquil se encuentra una comunidad de delfines nariz de botella. Los locales los llaman bufeos, su nombre científico es Tursiops truncatus, y es quizá la especie de cetáceos más conocida en el mundo.

Seguramente los reconocemos por la serie de televisión Flipper y el logo de SeaWorld. Según la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), estos delfines son una especie de preocupación menor pero corren un inminente riesgo de extinción en Ecuador.

Dos poblaciones de bufeos en Posorja y El Morro, al oeste del golfo, podrían extinguirse en menos de un siglo. Tras una intensa década de estudios, el biólogo marino Fernando Félix junto a Santiago Burneo y otros investigadores de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) hallaron que en estas zonas al interior del Golfo de Guayaquil, el número de nariz de botella se ha reducido considerablemente.

Delfines nariz de botella

Foto: Pixabay

Una reducción drástica de la población de delfines

La biodiversidad del Golfo de Guayaquil está reaccionando a las actividades humanas que impactan el ecosistema. Cuando Fernando Félix empezó a estudiar a los delfines nariz de botella entre 1990 y 1992, la comunidad  en el estuario del golfo era de 637 individuos. Hoy, la población es de 36 delfines y solo hay cinco hembras en edad reproductiva. El futuro no parece ser muy prometedor.

Según estimaciones de los  investigadores, los delfines en Posorja podrían desaparecer en veinte años, y los delfines en El Morro, en sesenta. Además, muchos de ellos podrían migrar a otras zonas. El monitoreo de estos cetáceos se hace únicamente a través de la observación porque los científicos no tienen los recursos para poner marcas satelitales a cada uno de ellos. Por esta razón, no han podido determinar con exactitud qué ha pasado con los delfines que han desaparecido y lo único que saben con certeza es que cada vez quedan menos.

El biólogo Félix cree que en los últimos años ha habido un fraccionamiento de la población que puede deberse a un fenómeno migratorio. El año pasado en Naranjal, al otro lado del golfo de Guayaquil, el investigador encontró cuatro delfines que antes estaban entre Posorja y El Morro. La bióloga marina Ana Eguiguren dice que no es normal que los delfines dejen sus nichos porque son animales muy fieles a un determinado lugar.

 

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Fuente: Efe Verde

Video: YouTube  TvAgro

 

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