Beneficios del pan de centeno

Si eres de las personas que no puede vivir sin un rico pan que acompañe a esa taza de café por la mañana, te tenemos una buena noticia: el pan de centeno es delicioso y además tiene beneficios para tu salud.

Este pan tiene típicamente un color oscuro, una textura esponjosa y un sabor poco más amargo que el pan de trigo. 

Gracias a sus propiedades nutricionales, su consumo es recomendado por la Organización Mundial de la Salud. 

Beneficios del pan de centeno

1. Es rico en carbohidratos complejos

Los carbohidratos complejos tienden a absorberse lentamente, lo que ayuda a mantener los niveles de azúcar en la sangre más estables. El pan de centeno aporta alrededor de 48 gramos de carbohidratos complejos por cada 100. 

Esto lo hace una excelente opción para todos, pero particularmente para las personas que sufren de diabetes. 

2. Tiene un alto contenido en fibra

Elaborado a partir de cereales integrales, cada 100 gramos de pan de centeno aportan casi 6 gramos de fibra. 

Gracias a esto, podrás notar una mejora en tu proceso digestivo. Olvídate así de la  inflamación y dolor estomacal. 

3. Tiene un bajo aporte de grasas

Cada 100 gramos aportan únicamente 3.3 gramos de grasas. Esto lo hace una opción ideal para aquellas personas que buscan reducir tallas sin sacrificar su consumo de pan. 

4. Contiene altos contenidos de minerales, vitaminas y ácidos grasos saludables

El pan de centeno aporta minerales como el calcio, el hierro, fósforo, zinc, selenio y sodio.

Además tiene alto contenido de vitaminas del grupo B, como B1, B2, B3, B5 y B9.

Y como aporte estrella, el pan de centeno es rico en ácido linoleico, que ayuda a fortalecer y mejorar la flexibilidad de los vasos sanguíneos. 

Esto último lo convierte en una opción ideal para personas con hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

:::::::::::::::::::

Si te gusta la cocina, te compartimos la receta de El rincón del pan casero para que prepares tu propio pan de centeno:

Te puede interesar: Beneficios de los granos integrales

Fuente:

La Vanguardia